Pese a las múltiples amenazas de que ha sido objeto, Martha Díaz Ospina nunca sintió tan cerca la muerte como cuando el pasado jueves varios desconocidos dispararon en tres ocasiones contra el vehículo en que se movilizaba por el sector de la calle 53 con carrera 31, barrio Lucero de Barranquilla.

En ese momento, Martha Díaz buscaba a una persona y al no encontrarla decidió regresar.

“Nunca me había pasado lo que me pasó”, sostiene tras recordar las amenazas.

“Sentí la muerte encima. Sí, sentí de que me iban a matar”, sostiene la madre de Douglas Alberto Tavera Díaz, el joven víctima de los “falsos positivos”, el 2 de abril de 2006 en Guamachal, San Juan del Cesar, departamento de La Guajira.

“De repente nos cayeron a tiros. Lo primero que pensé fue que era una piedra y el conductor pensó lo mismo. Cuando vimos que estaba echando chispas y que nos estaban disparando. Nos hicieron tres tiros y en la parte de atrás donde iba yo”, narró el dramático momento vivido.

De inmediato comenzó a gritarle al escolta que la sacara del lugar, “que no dejara que me remataran”. Sin embargo, ya el escolta se encontraba en el procedimiento indicado.

Fue así como fue llevada hasta el CAI más cercano, donde se hicieron presentes oficiales de la Policía Nacional y de la Sijín.

“Ellos están muy atentos, pero no queremos que eso quede ahí. Queremos que haya una averiguación porque ha habido muchas amenazas y hasta hoy no sabemos qué ha pasado”, advierte la creadora de la Fundación Familias Unidas por un Solo Dolor e integrante del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado - Colombia (Movicecol).

También hizo un llamado al Gobierno Nacional sobre los recientes casos en que han resultado víctimas defensores de derechos humanos.

“Siempre se ha dicho que el posconflicto va a traer mucha muerte y están matando a los lìderes. Por eso pedimos más protección y que el Presidente mire qué va hacer con todos los líderes porque nosotros sí queremos la paz y le estamos apostando a eso, no con impunidad”, enfatizó.

Martha Díaz Ospina se ha convertido en gran defensora de las víctimas de los denominados “falsos positivos”.

Su hijo Douglas Alberto fue “reclutado” el 28 de marzo de 2014, cuando se encontraba en inmediaciones del Cementerio Universal de Barranquilla, bajo la promesa de trabajar en fincas algodoneras en el departamento de Cesar.

Sin embargo, su cadáver fue encontrado 5 días después junto con el de otro joven también “reclutado” con la misma promesa.

Por este hecho hay 14 condenados y se encuentra pendiente la condena contra 16 más. Todos ellos militares del Batallón La Popa con sede en Valledupar.

Su incansable lucha está evidenciada en los medios de comunicación, por sus vehementes intervenciones en los actos públicos.

En uno de ellos, el 28 de noviembre de 2014, enfrentó a Edgar Ignacio Fierro Flórez, alias “Don Antonio” y quien comandó el frente “José Pablo Díaz”, del Bloque Norte de las Autodefensas.

Ese día fue el señalado para que “Don Antonio” ofreciese perdón por los múltiples asesinatos cometidos en la Región Caribe.

Allí, en el estadio Elías Chegwin, Martha Díaz Ospina, no vaciló en frentear a “Don Antonio”.

“¡Asesino, asesino! Nuestros muertos no de dejan dormir. Tienes que vivir atormentado toda tu hijuepuerca vida, la que te queda”, le gritó.

Con la misma firmeza intervino el 28 de enero de 2015 durante el acto en el cual el Ejército Nacional ofreció perdón a los familiares de las víctimas de “falsos positivos”.

“La verdad no tengo palabras. Hoy le digo a las Fuerzas Militares que no fueron ni ‘manzanas podridas’, no fueron errores. Fue una política de Estado y aquí con otros actos de perdón lo tienen que reconocer porque fue una política de Estado ya que a todos les pasó mismo: les ofrecían un trabajo, se los llevaban para otras regiones y los mataban. Y dentro de las Fuerzas Militares se sabe que no fueron ‘manzanas podridas’ sino una polítca del ejército nacional para conseguir plata del Plan Colombia. Y todo este dolor también se lo debemos a Estados Unidos”, afirmó frente a los altos mandos militares presentes en el acto.

“Fueron cobardes porque los mataban por la espalda, los ponían a correr y les disparaban”, dijo también esa oportunidad.

Martha Díaz pide que las investigaciones no queden en la impunidad. O por lo menos que no resulten otro "falso positivo".